José Ignacio Gracia López
Mejor estudiante del curso 2018-2019
Eres el secretario y director técnico del Consejo Regulador de la D.O. Campo de Borja, ¿qué te llevó a decidir trabajar en el sector del vino? ¿Y más concretamente a la ingeniería agrícola?.
Desde niño, cuando vivía en mi pueblo, Agón, un pequeño pueblo de la D.O. Campo de Borja, veía siempre a mi padre Alberto, trabajar en el campo con mucha ilusión todos los cultivos de su explotación: cereal, almendros, olivos y viñedos.
Él siempre me insistía en que, aunque me gustara el campo, debía de estudiar y estudiar. Y así lo hice. Primero estudié en Agón, después en el Seminario de Tarazona, posteriormente ingeniería en La Almunia y finalmente en Madrid. Y una vez que llegué allí, volví a Campo de Borja en 1989, para comenzar un apasionante trabajo en la Denominación de Origen, que he continuado durante 30 años hasta hoy día. Nuestro trabajo de ingeniería es muy atractivo.
Siempre me gustaba el mundo del vino, desde niño, incluso cuando me casé con mi mujer Merche, nos marchamos de viaje de novios a California, para visitar Napa Valley. Y a mis hijos, Jorge y Daniel, también intento inculcarles, todo lo posible, la cultura del vino. El mundo del vino es realmente apasionante y a mí me gusta compartirlo con toda mi familia y mis amigos.
¿Puedes explicar un poco en detalle en qué consiste el día a día de tu trabajo?
La verdad es que casi no hay un día igual a otro, la actividad que desarrollamos en los consejos reguladores es muy variada y compleja. Actualmente la mayor parte del tiempo la ocupamos en la oficina (controles del registro vitícola, planes de reestructuración del viñedo, gestión de la entidad de certificación, auditorías a bodegas, gestión del comité de calificación, administración, secretaría, etc.), pero también hay una parte importante de trabajo en los viñedos y bodegas, así como un capítulo muy interesante que dedicamos a la promoción. Nuestro empeño en trabajar por la gran familia que suponen los más de mil viticultores es constante y nos motiva día a día. Actualmente estamos un equipo de cinco personas, cargados de ilusión y compromiso con nuestra zona que, junto con el Pleno del Consejo Regulador y los técnicos y enólogos de la zona, estamos empeñados en llevar a lo más alto nuestra pequeña denominación de origen.
¿Y cómo ha afectado a tu trabajo estudiar los cursos WSET Level 2 y Level 3 Award in Wines?
Sinceramente en mis fifties ha sido un balón de oxígeno puro. Con el nivel 2 me ilusioné y aprendí mucho sobre la geografía vitícola internacional y con el nivel 3 me enamoré definitivamente de los cursos WSET, porque me han ayudado de una forma absolutamente increíble a comprender el mundo del vino en su contexto global, y sobre todo y lo más importante, a observar, analizar y entender mucho mejor “claves” de nuestra propia zona. Hay una parte teórica, de geografía vitícola muy, muy interesante y otra parte práctica, de metodología de cata, que son muy interesantes y complementarias. Te ayudan a entender las relaciones existentes entre ellas, en un contexto global e internacional, que después compruebas y aplicas a nivel local en tu propia zona. El resultado ha sido muy interesante y positivo.
¿Por qué decidiste estudiar estas cualificaciones?
Asistí a la presentación de Grape Bebop en Zaragoza y el año pasado en la promoción de Wines from Spain que estábamos realizando en Londres con ICEX, nos sugirieron que deberíamos hacer algo desde Campo de Borja, para que en los temarios de los cursos de WSET se nos citara a nivel internacional cuando se estudiaba la variedad Garnacha. Era febrero y estaba con el presidente del consejo regulador, nos interesamos y efectivamente, Campo de Borja no aparecía. Bueno, pues creí que lo mejor era analizar estos cursos desde dentro y realicé una llamada desde el Sky Garden, me confirmaron desde Grape Bebop que era el último día y con el apoyo del consejo regulador me matriculé inmediatamente.
Conocía los cursos desde hacía tiempo, pero había que ir a Barcelona o Madrid y tener ahora la oportunidad de realizarlos en Zaragoza, y ese último empujón de ICEX, fue lo que me animó.
¿Qué aspectos te resultaron más fáciles y cuáles más difíciles?
Los aspectos que me resultaban más fáciles eran todos aquellos en los que se trataba de viticultura y los más difíciles, sin duda, memorizar las localidades de zonas de producción en todo el mundo. La cantidad de variedades de uva que hay en Italia, los nombres de los municipios en Alemania o las zonas vitícolas de Sudáfrica, Nueva Zelanda o Australia. Tuve que estudiar mucho, pero, sin duda, mereció la pena.
¿Qué consejo le darías a alguien que está estudiando o va a estudiar próximamente el WSET Level 3 Award in Wines?
Que se matricule lo antes posible y que dedique todo el tiempo disponible a estudiar y también a practicar la cata con metodología.
También que observe y analice el mercado, puesto que el enfoque que se obtiene del mercado a nivel global en el curso es muy práctico e interesante.
¿Hubo algún vino o región que te sorprendiera en particular? ¿Algo que no te esperases?
La verdad es que me interesaron muchos de los vinos y las regiones. Estudiar en profundidad todos los matices de los vinos de Italia, la finura de los vinos blancos de riesling alemanes de calidad superior, la pureza de los sauvignon blanc de Nueva Zelanda o la elegancia de los pinot noir de Borgoña. Bueno… la lista de vinos interesantes es interminable.
Sinceramente, no me esperaba poder encontrar tal diversidad con un nivel de calidad tan alto, y en muchos casos con precios asequibles. En estos cursos la oferta de vinos catados es altísima.
¿Cuáles son tus siguientes objetivos? ¿Vas a continuar con la formación WSET?
Bueno, la verdad es que me gustaría continuar estudiando el WSET Level 4 Diploma in Wines. Cuando empiezas a profundizar en cualquier área del mundo del vino, te das cuenta la complejidad que existe y siempre queda ese gusanillo para seguir aprendiendo. Tal y como me pasó el año pasado en Londres, quizás con este premio de mejor estudiante del curso 2018-2019, haya recibido el empujón que necesitaba para decidirme.
¿Cómo crees que evolucionará la D.O. Campo de Borja en los próximos diez años?
Campo de Borja es una D.O. preciosa, con un territorio increíble que se extiende desde la ribera del Ebro hasta el Moncayo, y con una apuesta unánime de todos los productores por la variedad garnacha, que va a jugar un papel importantísimo en el futuro, tanto a nivel nacional, como internacional.
La variedad garnacha es muy interesante, refleja como ninguna el terroir en el que se cultiva, y por ello es una variedad muy divertida que puede ofrecer multitud de estilos en función del lugar donde se produce y cómo se elabora. Con garnacha se pueden elaborar vinos blancos, rosados, tintos de mil estilos, espumosos, rancios, dulces, etc.
Una de las variedades más universales, o quizás la más universal, a la que en los cursos de WSET se la considera como una de las variedades tintas más importantes del mundo.
En Campo de Borja tenemos muchas oportunidades para crecer en prestigio y debemos de tener en los próximos diez años un elenco de vinos que demuestren esa diversidad que puede ofrecer la garnacha con un nivel muy alto de calidad.
¿Y los vinos de España en general? ¿Cuáles consideras que son las principales ventajas y los principales escollos a superar?
En mi opinión los vinos de España tienen todavía una inmensa oportunidad de ofrecer al mundo la riqueza de nuestras variedades. La apuesta que Campo de Borja ha realizado por la variedad garnacha, o Rioja o Ribera del Duero por sus tempranillos, debería de realizarse por todas y cada una de nuestras variedades y presumir en el mundo entero de nuestras excelentes cariñenas, mencías, monastrell, etc. Si todos los viticultores, productores, técnicos y enólogos nos comprometemos de verdad a elaborar vinos de alta calidad con nuestras variedades, considero que el futuro de los vinos de España es muy bueno.
Por último, ¿a quién y por qué recomendarías que estudiase las cualificaciones de WSET que imparte Grape Bebop?
Lo recomendaría a todo el mundo que le guste el vino y también a los que todavía no han encontrado su vino en el mundo, porque seguramente aquí lo encontrarán. También a todas aquellas personas que deban de trabajar en el sector de la hostelería, distribución, venta en supermercados, y aunque parezca que no es necesario, a todas las personas que trabajan en la producción y elaboración de nuestros vinos. Encontrarán en el temario y en las excelentes clases formativas, que imparte Jorge Orte, un estímulo para su trabajo y una apertura de su mente que les permitirá seguro, como a mí me ha pasado, mejorar muchísimo en su trabajo.