Enric Nart Comes
Mejor estudiante del curso 2017-2018
Trabajas como enólogo en Centro Tecnológico del Vino (VITEC), ¿qué te llevó a decidir trabajar en el sector del vino? ¿Y más concretamente a la enología?
De esto ya hace años, pero un poco por vocación y un poco por inconsciencia. Había estudiado ingeniería química sabiendo que era una de las vías para acceder a enología, aunque al principio al no venir de familia de viticultores o bodegueros lo veía un poco fuera de mi alcance. Al final me decidí y me enganché, como todos. Si te gusta el vino y todo lo que lo rodea una vez empiezas ya no hay vuelta atrás.
En VITEC estoy porque aúna las dos cosas que más me gustan, enología e investigación. Es un trabajo que me apasiona: te enfrentas siempre a cosas nuevas, te da la oportunidad de estar al día en conocimientos y te permite estar en contacto con gente que hace cosas realmente interesantes.
Un enólogo hace vino, pero, ¿puedes explicar un poco más en detalle en qué consiste el día a día de tu trabajo?
Es algo un poco distinto, sí. Yo llevo el departamento de Análisis Sensorial de VITEC. Nos dedicamos a la investigación pero también a ofrecer servicios de análisis y de formación de paneles. Un día normal podría ser una cata con el panel interno para un proyecto o cliente por la mañana, y luego por la tarde una sesión de entrenamiento a un panel externo. Aun así, difícilmente el trabajo en el Centro se hace repetitivo, de forma que es probable que la misma semana entremos uva de Galicia para un experimento, redactemos una memoria para un proyecto, o vayamos a algún viñedo a asesorar o a ayudar con un posible problema. También llevamos la dirección técnica de algunas bodegas, de forma que ahí sí que lidiamos quizá con lo que estás más acostumbrado a oír por parte de los enólogos.
¿Y cómo ha afectado a tu trabajo estudiar el curso WSET Level 3 Award in Wines?
Me ha ampliado mucho la visión que tenía. Me parece que los enólogos tenemos tendencia a especializarnos mucho en nuestra propia zona y en centrarnos en el resultado de nuestras decisiones técnicas sobre los vinos que hacemos, y a veces es necesario levantar un poco la cabeza e intentar ver las cosas con cierta perspectiva. Hay que recordar de vez en cuando dónde quedan nuestro país y nuestros vinos en el panorama global, y por qué nosotros hacemos las cosas de una manera y en otros sitios las hacen de otra.
Además he utilizado también de forma directa y a nivel práctico mucho de lo aprendido. Me ha servido para las sesiones de formación, para seleccionar vinos, para clasificarlos, para describirlos… Por otra parte, también el haber compartido clases con gente de distintos ámbitos dentro del sector (distribuidores, elaboradores, sumilleres, etc.) ayuda a entender otros puntos de vista y a conocer las distintas visiones que existen sobre ese mismo producto compartido que es el vino, y eso es algo que luego, aunque sea quizá de forma menos consciente, tienes en cuenta.
¿Por qué decidiste estudiar el curso?
Me parecía una oportunidad perfecta para hacer eso tan necesario: repasar las zonas vitícolas y vinos del mundo. Es algo que se supone que ya sabes, pero por lo menos por mi parte nunca lo había estudiado de forma tan extensa y exigente, ni contando con materiales y soporte tan bien diseñados. Si añadimos que Jorge es un profesor/comunicador excelente y un catador fuera de serie, poco incentivo más se necesita.
¿Qué aspectos te resultaron más fáciles y cuales más difíciles?
Supongo que aquí es donde salen a la luz las diferencias entre los alumnos en función de la rama dentro del sector, que es lo que comentábamos antes. Mientras que yo lo pasaba mal para memorizar todas las AVAs de California o las variedades austriacas, no tenía que mirarme mucho la parte técnica de viñedo y elaboración, y en cambio a mis compañeros de sumillería o ventas les pasaba un poco al contrario. Lo que te puedo asegurar es que me di cuenta del desconocimiento que tenía de muchos vinos o zonas (de algunas que incluso me daría vergüenza admitir ahora), y que tuve que estudiar bastante para llegar a dominarlas. Lo que me pareció más interesante es el cómo se nos obligaba a relacionar ambas cosas (técnica y caracterización) para entender el por qué de los vinos de cada zona, y de cómo se relacionaba la cata con todo lo anterior.
¿Qué consejo le darías a alguien que está estudiando o va a estudiar próximamente el WSET Level 3 Award in Wines?
Le daría dos: en primer lugar que lo aproveche, es decir, que estudie todo lo que pueda y que exprima a Jorge para aprender al máximo. Es de esas cosas que seguramente te cogen trabajando y es difícil de combinar, pero que luego una vez acabada querrías repetirla cada año. En segundo lugar que lo disfrute, porque al final es raro encontrar a alguien que se dedique a esto y que no lo haga desde la vocación, y teniendo en cuenta el temario y los vinos que se catan la verdad es que, independientemente de lo que puedas aprender o te pueda servir, es una gozada para cualquiera que le guste el vino.
¿Hubo algún vino o región que te sorprendiera en particular? ¿Algo que no te esperases?
Pues me encantaron algunos de los vinos sudafricanos y australianos. Confieso que no había catado mucho más de lo que puedes encontrar en España más fácilmente, y hubo un Cabernet de Coonawarra y un Chenin Blanc de Stellenbosch que me encantaron. Hay que decir que la selección de vinos es espectacular, y que tener la oportunidad de catarlos todos acompañados de las explicaciones sobre variedades, origen, añada, zona, y demás características es sin duda lo que más disfrutas de curso.
¿Cuáles son tus siguientes objetivos? ¿Vas a continuar con la formación WSET?
Pues sí. Con algún compañero nos liamos la manta a la cabeza y nos hemos apuntado al WSET Level 4 Diploma in Wines & Spirits. No sé si fue algo muy meditado por nuestra parte, pero al acabar el Level 3 Award in Wines y haberlo disfrutado era lo que nos apetecía.
¿Qué zonas y variedades españolas te parecen más interesantes o con más potencial en estos momentos?
Ja, ja, ja. Menuda pregunta trampa… porque no debe valer decir “todas” ¿no?. Me encanta lo que se hace en el Bierzo y Ribeira Sacra con Mencía; también muy interesantes son los vinos de Sierra de Salamanca, de Bullas y de Montsant; y me parece que vale la pena estar atento a lo que hace gente nueva en las zonas más tradicionales, en Rioja, en Ribera del Duero o también en Priorat. Pero tampoco me hagas mucho caso, que no conozco (por lo menos de primera mano) todas las zonas y variedades, y seguro que me dejo muchas cosas interesantes por mencionar.
Por último, si te ofrecieran la oportunidad de elaborar vino en cualquier parte del mundo, con los medios que tú quisieras ¿qué lugar elegirías?
R: Aquí ya entran muchos factores. Cualquiera que diga que no le gustaría hacer un Grand Cru en Borgoña mentiría. Pero bueno, huyendo de lo más tópico (aunque no del todo) te diría que siempre he querido ir a pasar una temporada en Nueva Zelanda, así que no me podría negar a una experiencia como esa allí. Aunque también me apetecería probar cosas más arriesgadas e irme a Georgia, o a la China, o aunque sea más cerca, a Marruecos… Me parece que esta es otra pregunta trampa.